El acoso sexual y el hostigamiento son conductas que se establecen gracias ámbitos donde existen relaciones de poder, discriminatorias y jerárquicas, tal es el caso del laboral o el escolar.
Las personas afectadas tanto por el acoso sexual como por el hostigamiento suelen tener en su mayoría una posición jerárquica menor. Los datos demuestran que el público más afectado por estos casos son las mujeres.
Tabla de contenidos
¿Qué es acoso sexual?
El acoso es una forma de violencia que incluye subordinación, ejercicio prepotente del poder y por tanto, el estado de defensa de la víctima es nula.
Si bien las mujeres son el público más dañado por el acoso sexual, los estudios también revelan que los hombres lo sufren. Estudios revelan que las mujeres jóvenes son las más afectadas, además de las divorciadas, migrantes, económicamente independientes o solteras.
En relación con lo hombres, los que más acoso sufren son aquellos que son jóvenes, miembros de etnias minoritarias o raciales y homosexuales.
¿Qué es hostigamiento sexual?
Para entender que es hostigamiento hay que recordar lo que dice esta Ley General de Acceso a las Mujeres de una Vida Libre de Violencia. Esta se define como el ejercicio de poder que se realiza en el marco de una relación subordinada laboral o escolar. El hostigamiento se expresa en conductas físicas, verbales o incluso ambas, algunas incluyen faltas severas a la sexualidad.
¿Quién puede considerarse un acosador? Pueden ser directivos, propietarios o empleados con alta jerarquía. Pero también hay caso en los que un colega de trabajo, clientes o compañeros de estudio realicen este acto negativo.
Diferencia entre hostigamiento y acoso
De acuerdo con la Ley mencionada anteriormente la diferencia entre Hostigamiento y Acoso Sexual es muy sutil. Es decir, la severidad de los actos es la que define si es un hostigamiento o tiene connotaciones más severas.
¿Qué consecuencias tiene en la salud y en el empleo?
- Sufrimiento psicológico: como humillación, disminución de la motivación, pérdida de autoestima.
- Cambio de comportamiento, como aislamiento, deterioro de las relaciones sociales.
- Enfermedades físicas y mentales producidas por el estrés, incluso suicidio.
- Riesgo de pérdida de trabajo.
- Aumento de la accidentalidad.
- Disminución de la productividad de la empresa debido a:
- Peligro del trabajo en equipo,
- Desmotivación,
- Absentismo.
- Alta rotación de recursos humanos.
- Gastos por procedimientos administrativos e indemnizaciones.
- Dificultad para llenar las vacantes en aquellos lugares de trabajo señalados por problemas de acoso sexual.
- Costes a largo plazo para la reintegración de las víctimas.
- Incremento de la violencia de género, violencia laboral, discriminación en el empleo, segregación ocupacional.
- Gastos en procesos legales y penales.
- Dificultad para el acceso de las mujeres a trabajos de alto nivel y buenos salarios, tradicionalmente dominados por el hombre.